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Estado psicológico tras una ruptura de pareja: Análisis y recomendaciones

Estado Psicológico Tras la Ruptura de una Relación: Análisis y recomendaciones

Irina Zhuravleva
por 
Irina Zhuravleva, 
 Soulmatcher
5 minutos de lectura
Encuesta
27 de mayo de 2025

El final de una relación cercana suele provocar una grave crisis emocional. Una chica puede experimentar un estado similar a la depresión reactiva, la respuesta de la psique al estrés tras perder a una persona importante. Los síntomas incluyen cambios de humor, apatía, llanto, pérdida de motivación y pensamientos obsesivos sobre la ex pareja. A continuación se exponen los posibles síndromes, métodos de diagnóstico y vías de ayuda.

Posibles afecciones y síndromes

- Depresión (reactiva o clínica). Una ruptura puede desencadenar un episodio depresivo, caracterizado por un estado de ánimo persistentemente bajo, falta de energía, sentimientos de vacío, llanto, insomnio o somnolencia excesiva. Inicialmente, puede manifestarse como un síndrome subdepresivo, más leve que la depresión clínica pero más grave que el estrés típico. Síntomas: estado de ánimo decaído, apatía, llanto inexplicable, melancolía y vacío. Si este estado persiste o empeora durante 4-6 semanas, los psicólogos lo consideran depresión clínica, que requiere atención especializada. La ruptura de pareja ocupa un lugar destacado entre los factores estresantes: la escala de Holmes y Rahe sitúa al divorcio como el segundo factor estresante (78 puntos) y a las rupturas de pareja en tercer lugar (65 puntos), lo que explica por qué muchos desarrollan depresión después.

- Síndrome post ruptura (Duelo por la pérdida de una relación). No es un diagnóstico oficial, pero describe las fases normales tras una ruptura: shock, negación, ira, negociación, depresión y aceptación. Se asemeja al duelo por la muerte de un ser querido, incluyendo pensamientos obsesivos y cambios emocionales que van de la esperanza a la desesperación, de la felicidad a la ira. Estos cambios de humor indican una desregulación emocional debida a un estrés intenso. Su intensidad disminuye gradualmente, pero las primeras semanas son especialmente difíciles. La falta de mejoría al cabo de uno o dos meses aumenta el riesgo de depresión clínica.

- Agotamiento emocional. El estrés prolongado previo a la ruptura (discusiones, ansiedad, tensión emocional) puede dar lugar al agotamiento de la relación, parecido al agotamiento profesional pero asociado a la vida personal. Incluye agotamiento emocional, apatía y desinterés por nuevas relaciones, descrito como "aversión a las citas". Los psicólogos etiquetan este vacío emocional como tensión excesiva que conduce a la reducción de los sentimientos y a la reticencia a socializar. Tras la ruptura, puede que sólo sienta cansancio, lo que explica su reacción negativa hacia las nuevas citas.

- Disregulación de la dopamina (alteración del sistema de recompensa). Durante el amor, el cerebro se adapta a niveles elevados de dopamina y otras hormonas de la felicidad (serotonina, oxitocina). Tras una ruptura, estos niveles descienden bruscamente, provocando síntomas similares al síndrome de abstinencia: intensa falta de placer, fuerte añoranza de la pareja, deseo de recuperar la fuente de dopamina. El déficit de neurotransmisores produce síntomas similares a la depresión: apatía, baja motivación, inestabilidad emocional. Los estudios de resonancia magnética muestran que los cerebros rechazados se activan de forma similar a los adictos en el síndrome de abstinencia, lo que explica los pensamientos obsesivos sobre la ex pareja y la falta de interés por otros placeres.

- Trastorno de ansiedad. Las rupturas pueden desencadenar o exacerbar la ansiedad, ya que representan una pérdida de control sobre la vida familiar y provocan ansiedad generalizada (preocupación constante por el futuro) o ansiedad social (miedo a conocer gente nueva). La reducción de serotonina y oxitocina exacerba los síntomas de ansiedad. Puede experimentar una preocupación inexplicable o ataques de pánico al socializar. Las reacciones ansioso-depresivas incluyen pensamientos obsesivos y síntomas físicos (temblores, taquicardia, sudoración), calificándose como trastornos de adaptación con rasgos de ansiedad.

Estos trastornos pueden coexistir: la depresión reactiva suele ir acompañada de un aumento de la ansiedad; el agotamiento emocional y los déficits de dopamina pueden ser la base de los síntomas depresivos y ansiosos. El diagnóstico preciso requiere una evaluación especializada.

Diagnóstico especializado

Para identificar el problema exacto es preciso recurrir a psicólogos clínicos o psiquiatras:

- Entrevista clínica. Discusión de los síntomas, inicio, duración, acontecimientos precedentes (ruptura), variabilidad del estado de ánimo, sueño, apetito y pensamientos suicidas. La apatía persistente y la pérdida de interés durante más de dos semanas indican depresión.

- Pruebas psicológicas. Los cuestionarios que evalúan la depresión/ansiedad, como el Inventario de Depresión de Beck, el HADS y las escalas de Zung, cuantifican la gravedad de los síntomas y los signos de burnout. Los métodos proyectivos o los cuestionarios de temperamento pueden excluir trastornos bipolares.

- Diagnóstico diferencial. Los especialistas excluyen problemas hormonales (hipotiroidismo), anemia, deficiencias vitamínicas o efectos de sustancias psicotrópicas. Diferencian la depresión reactiva de la endógena y consideran los trastornos de personalidad si la volatilidad emocional es significativa.

- Criterios diagnósticos. Utilización de los criterios de la CIE-11 o del DSM-5 para ajustar los síntomas (por ejemplo, los episodios depresivos mayores requieren al menos cinco síntomas diarios durante dos semanas). Pueden diagnosticarse trastornos de adaptación con rasgos depresivos/ansiosos si no se cumplen todos los criterios. El agotamiento emocional se clasifica dentro de los factores de salud, no de los trastornos. La desregulación dopaminérgica, que describe metafóricamente un desequilibrio bioquímico, se diagnostica prácticamente como anhedonia.

- Consulta y observación. Los casos complejos pueden requerir consultas con psicólogos, psiquiatras o neurólogos. Los diagnósticos pueden seguir a varias sesiones de observación.

Autoayuda eficaz y enfoques terapéuticos

Autoayuda:

- Aceptación emocional. Permitir el duelo, el llanto, el registro en un diario de las emociones negativas para lograr la comprensión racional y el alivio emocional.

- Rutina diaria. Mantener horarios regulares de sueño, comidas y tareas diarias refuerza la sensación de normalidad.

- Actividad física. El ejercicio aumenta las endorfinas que mejoran el estado de ánimo y regula los neurotransmisores, reduciendo los síntomas depresivos.

- Conexiones sociales. Pasar tiempo con amigos o familiares comprensivos reduce el aislamiento y aumenta los niveles de oxitocina y la estabilidad emocional.

- Evitar los desencadenantes negativos. Elimine temporalmente los recordatorios de la ex pareja y mantenga una regla de "no contacto" para ayudar a la recuperación emocional.

- Pequeños pasos hacia los objetivos. Emprender nuevas actividades proporciona pequeños impulsos de dopamina y restaura la confianza gradualmente.

Terapia:

- Psicoterapia individual (TCC). Aborda los pensamientos automáticos negativos, mejora la regulación emocional y reconstruye la autoestima.

- Terapia de grupo y apoyo. Compartir experiencias en grupo ayuda a restablecer la confianza, establecer límites y construir nuevas relaciones.

- Medicación. Los antidepresivos (ISRS) estabilizan la química cerebral en los casos graves. La terapia combinada con medicación proporciona un tratamiento integral.

- Métodos complementarios. La arteterapia, la terapia corporal, la EMDR, la atención plena, la meditación y los ejercicios de respiración gestionan eficazmente el estrés y los traumas.

Consejos para apoyar a un ser querido

Hazlo:
- Estar presente y escuchar con empatía.
- Valida su dolor sin compararlo.
- Ofrecer ayuda práctica en las tareas cotidianas.
- Fomente los hábitos saludables con delicadeza.
- Sea paciente y mantenga el optimismo.

No lo hagas:
- Invalidar o trivializar los sentimientos.
- Presionar o imponer soluciones.
- Reaccionar negativamente ante los cambios de humor o la irritabilidad.
- No hagas caso de las conversaciones suicidas ni de los comportamientos autodestructivos: busca ayuda profesional de inmediato si es necesario.

Tu papel es apoyarles sin juzgarles, siendo un contenedor emocional para su dolor. Recuerda cuidar también de tus recursos emocionales.

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